A Remco Evenepoel le molesta que comparen al joven Cian Uijtdebroeks con él

Remco Evenepoel ha repasado su pasado en el mundo del fútbol y ha confesado que no le gusta que le comparen con nadie, ni con estrellas del pasado ni con promesas del presente.

Evenepoel explicó a L'Équipe cómo su pasado en el fútbol le ha ayudado en la transición a la bicicleta. "Por ejemplo, me ayudó en términos de estabilidad. He desarrollado los abdominales, lo que me ayuda a veces a mantener mejor la posición en bicicleta. De mis últimos años como futbolista conservo una fuerte musculatura en la parte superior del cuerpo. Entonces hacía mucho culturismo. Tengo la sensación de que todavía hay mucho futbolista en mí", afirma.

Se sabe que Evenepoel era futbolista y que, mientras se recuperaba de una lesión sobre la bicicleta, descubrió el talento que tenía. Comenzó entonces un ascenso meteórico en las categorías inferiores, donde en su último año junior culminó con un éxito incomparable entre sus compañeros. Sin embargo, las cosas no siempre fueron tan brillantes para este joven de 23 años.

"Me hicieron daño. Me rompieron el corazón, el Anderlecht lo era todo para mí", recuerda su experiencia en el equipo donde no jugaba con frecuencia. "Después de ese periodo me volví más testarudo. Si había algo negativo en mi vida, lo afrontaba y seguía adelante. Sucedió, por ejemplo, después de mi caída en el Giro de Lombardía. Después hice la rehabilitación sin problemas. Cuando me dolía, seguía adelante. A veces incluso demasiado", continuó Evenepoel.

Desde joven también se le ha comparado con su compatriota Eddy Merckx, una posición de presión que pocos ciclistas han experimentado. Eso se ha calmado el año pasado, cuando Evenepoel se llevó el Velo d'Or al mejor corredor masculino del año tras sus estupendas victorias, pero ahora se encuentra en el otro lado de la situación.

"Nadie podrá compararse nunca con Eddy Merckx. Tantas victorias en un periodo de tiempo relativamente corto, eso no puede volver a ocurrir. Es el ciclismo en otro mundo. Ya no es lo mismo. Ahora, por ejemplo, a Cian Uijtdebroeks, de 19 años, se le compara conmigo. Eso sigue siendo muy extraño. No me gusta que me comparen con nadie. No hay dos personas idénticas en la tierra. Por eso me molestan las comparaciones", concluyó.